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Comisión de Apoyo por Tierra

Reportajes

Peludos de Bella Unión podrían ser procesados por usurpación.

Peludos de Bella Unión podrían ser procesados por usurpación.

Montevideo, 23/04/2006 (La Juventud).- Los próximos martes y jueves 25 personas, entre ellos cañeros y trabajadores que fueron a brindar su apoyo solidario a la ocupación de 36 hectáreas en Bella Unión, pertenecientes a Colonización, deberán presentarse ante la Justicia Penal y según trascendidos extraoficiales serían procesados, al igual que sucedió con los obreros de CoProGraf. Algunos serían procesados sin prisión, y aquellos que tengan algún tipo de antecedentes irían a prisión.
  La característica de está citación judicial, es que no solo se citó a los cañeros que están ocupando las tierras, sino que la Justicia emplazó a personas que han apoyado de forma solidaria el campamento, por ejemplo una maestra que vive en Montevideo y un trabajador de Canelones, por dar una mano solidaria a la ocupación.
  Jorge Rodas, dirigente de la UTAA señaló que el Instituto de Colonización se estaría deslindando de esta situación.
  El pasado 15 de abril se cumplieron tres meses de la ocupación de los predios en Villa España, donde 120 familias se encuentran trabajando la tierra. Los peludos plantaron 20 hectáreas de caña de azúcar y las otras 10 las dedicaron a quintas, chacra e instalaron galpones precarios.
  Rodas señaló que «cuando ocupamos las tierras nadie se debe olvidar que ocupamos a las cinco de la mañana y a las diez había un tractor trabajando la tierra, cosa que esas parcelas estaban desocupadas hace más de diez años».
  «Ahí es una prueba evidente que los trabajadores y el sindicato UTAA se propusieron y lo están llevando a cabo, no sin esfuerzo pero estamos dentro de los que nosotros nos habíamos programado y decidido a hacer».
  En cuanto a la situación judicial, Rodas señaló que además del juicio civil, "que en primer instancia falló a favor del Instituto Nacional de Colonización, frente a la demanda del colono a quien se le habían adjudicado las tierras y no las producía, también tenemos algunos compañeros a quienes nos están haciendo un proceso penal frente a la justicia penal por la ocupación y por usurpación».
  En cuanto a las consecuencias que esto podría tener explicó que «no sabemos porque cuando el colono presenta la denuncia penal, la justicia toma cartas en el asunto y nos llama a un grupo de compañeros y ahora está en investigación por parte de la justicia. Nosotros no podemos decir a quien va a apoyar, si nosotros cometimos delito de usurpación según nosotros mirábamos lo que la ley dice al respecto de usurpación, no encajamos en el delito de usurpación, porque para eso tendríamos que haber entrado de noche, con violencia y nada de eso se llevó a cabo, nosotros entramos de día prácticamente porque fue a las cinco de la mañana.
  Toda la zona esa no tiene portera, no tiene alambrado, la chacra esta totalmente abandonada así que no encajamos como usurpación para nuestro punto de vista».
  Consideró además que «en éste caso nosotros pensamos que los trabajadores en Bella Unión y en línea general en todo el país, tienen que ser partícipes activos de un cambio profundo para este país, quizás ese cambio se buscó en el nuevo gobierno cosa que hasta el momento para los trabajadores nosotros la miramos nada más porque hasta el momento a los trabajadores siguen siendo la mano de obra barata».
  Rodas reiteró que «acá se ocupa una tierra con ideas de trabajar» y afirmó que «como trabajadores vamos a seguir exigiendo, vamos a seguir de una manera u otras peleando, luchando porque con lo que consideramos importante un trabajo de continuidad para los trabajadores y que el trabajador se lleve el pan a su casa con el esfuerzo de sus brazos, no ninguneando y que le den un plato de comida que es una vergüenza que en este país que lo que más produce es comida halla gente pasando mal, porque lo que más produce este país es comida y hay una montaña de uruguayos pasando mal».

OTRA CAÑA, POR FAVOR

TIERRAS EN BELLA UNIÓN SERÍAN RETIRADAS A QUIEN PIDIÓ EL DESALOJO DE LOS OCUPANTES.

Montevideo, 10/04/06 (LA DIARIA).- En Bella Unión están pasando cosas. Muchas. El miércoles 4, los ocupantes de tierras en litigio comenzaron a plantar caña y entregaron un plan productivo al Instituto Nacional de Colonización (INC), cuyo Directorio tendría decidido solicitar a la Justicia que ejecute la sentencia que devolvió al Estado los terrenos de Colonia España.

Federico Gyurkovits

El dato no es menor. Sería la primera vez que el INC solicite una medida de este tipo, con la intención de que mientras los procesos judiciales se dirimen en las oficinas, en el campo la producción pueda seguir su proceso.

El 10 de marzo, la jueza Silvia Castelli había resuelto la devolución de las fracciones 43 y 46 al Instituto, que inició acciones años antes contra el colono Conrado Villalba, ya que hacía once años que no producía en las tierras y nunca se había establecido en el lugar a tales efectos.

Pero Villalba apeló, decisión que le fue comunicada oficialmente al INC el 24 de marzo.

Según la información recabada, a partir de esa fecha las autoridades tenían 15 días hábiles para contestar la apelación, que vencen el lunes 24 de este mes.

En ese mismo plazo, el Instituto puede pedir la ejecución provisoria de la sentencia.

Antes de que se cumpla el plazo habrá reunión de directorio para definir qué se hará, y fuentes vinculadas con el caso indicaron a la diaria que en el Directorio hay consenso para adoptar por primera vez una medida de este tipo.

“Esto implica no esperar el resultado de la apelación y ejercer el derecho que da el artículo 260 del Código General de Proceso, o sea cumplir lo que ordenó la jueza en primera instancia, mientras se tramita la apelación.

En otras palabras, devolver al INC el dominio sobre las fracciones, quitándole la responsabilidad de depositario al antiguo colono que en el juicio tuvo fallo adverso”, explicó una de las fuentes consultadas.

Decisión histórica De concretarse, la medida sería bien recibida por los ocupantes, que ven en el actual organismo una disposición que no tuvieron los anteriores para cumplir la Ley 11.029. Dicha norma establece que tendrán prioridad como aspirantes a colonos aquellos “que posean mejores aptitudes y condiciones personales” y que “se organicen en cooperativas y sindicatos”.

Por otro lado, el propio Plan Político 2005 del INC fija los criterios a tener en cuenta para entregar tierras. En líneas generales, se pretende favorecer a los sectores sociales que se encuentren por debajo de la línea de pobreza: “Estos deben constituir una prioridad, por la ineludible necesidad de ser atendidos por la sociedad y apoyados en la lucha contra la pobreza, con recursos de la propia sociedad y del INC”.

También se apunta a los productores endeudados y a los pequeños productores que “se aproximan a ser expulsados de la tierra y constituirse en nuevos inmigrantes del campo a la ciudad”. Finalmente, se apuesta a aquellos colonos con dificultades socioeconómicas que, a pesar de realizar esfuerzos productivos y de atender sus obligaciones con el INC, “no logran conseguir niveles de vida y producción satisfactorios”.

El país productivo El 15 de enero, cuando el sindicato de los cañeros (UTAA), el de los pequeños productores y asalariados rurales (APAARBU), y el de los trabajadores de CALNU (SOCA) ingresaron a Colonia España, la noticia circuló rápidamente en el país por lo que significaba: que bajo un gobierno de izquierda, se ocuparan tierras con una consigna histórica de la propia izquierda: “La tierra para el que trabaja”.

El interés se veía potenciado por la acción del colono Villalba, que pidió a la Justicia el desalojo.

Pero esa causa no prosperó y actualmente se encuentra paralizada.

A tres meses del boom informativo, pocos se acuerdan de los “peludos” y sus socios. Pero no es que falten novedades. El miércoles de la semana pasada, y contrariando la versión de que la medida tenía motivos ajenos al interés en producir, los trabajadores comenzaron a plantar caña.

La siembra es posible por el trabajo que realizaron desde el primer día.

Paralelamente a esas tareas, los tres sindicatos estructuraron un Plan Productivo para desarrollar en las fracciones 43 y 46 de Colonia España. El documento, al que accedió la diaria, fue entregado al INC, cuyas autoridades lo estudian con miras a decisiones posteriores, una vez que se defina si las tierras quedan por un tiempo en manos de Villalba o vuelven a ser controladas por el Estado.

DOS CICLOS

El plan productivo tiene un plazo aproximado de doce meses (lo que tardaría en resolverse la apelación presentada por Villalba), tomando como referencia el año agrícola que culminará con la zafra cañera de 2007. Está dividido en dos ciclos de producción: otoño-invierno (2006) y primavera-verano (2006/2007).

Durante este período “se pretende instalar un cultivo de caña de azúcar, diversos cultivos hortícolas y la producción animal comenzando por la producción de leche. La combinación de diferentes rubros productivos es la concreción de la diversificación a la que se apuesta desde las organizaciones como modelo de desarrollo para la zona de Bella Unión”.

La alternancia de especies a plantar es “una estrategia de rotación”, además de una propuesta orientada por el interés de generar “una experiencia de trabajo colectivo y solidario entre trabajadores”.

Las organizaciones involucradas apuestan a que este proyecto se convierta “en un ámbito de formación y capacitación tanto en aspectos asociativos y autogestionarios como en la implementación de tecnologías que respeten el medio ambiente y la salud de los trabajadores y la población”.

En la práctica esto significa que desde un principio se utilizará parte de la superficie para la caña y alimentos, aplicándose técnicas agro-ecológicas. En la medida en que esta iniciativa dé resultados, se complementará con la producción artesanal de conservas, dulces y otros bienes elaborados a partir de caña de azúcar y hortalizas.

COLONIZACIÓN, UN BREVE DIAGNÓSTICO

COLONIZACIÓN, UN BREVE DIAGNÓSTICO

Montevideo, 03/04/06 (SIETE SOBRE SIETE).- Días pasados tuvimos la oportunidad de participar, junto al Compañero Hebert Figuerola, en representación del PIT-CNT, como moderadores del Seminario Taller "Colonización para el desarrollo productivo y social", organizado por el Departamento de Industria y Agroindustria del PIT-CNT y la Unidad de Relaciones y Cooperación con el sector productivo y la Dirección General de Relaciones y Cooperación de la Universidad de la República (UDELAR).

Dicho seminario debería haber sido la culminación de un largo proceso de negociación entre la UDELAR, el PIT-CNT y el Instituto Nacional de Colonización con miras a la firma de un convenio entre las tres instituciones cuyos cometidos eran: 1). Aunar esfuerzos al senado de los intereses de los trabajadores rurales y sus familias. 2). Impulsar procesos de colonización basados en la Ley 11.029. 3). Promover la creación de empleo y trabajo digno, soberanía alimentaria y una mejora de la calidad de vida integral, impulsando la capacitación y formación plena de los miembros de las, familias rurales, en el marco de un nuevo modelo cultural. 4). Desarrollar proyectos productivos con enfoque de cadenas productivas agroindustriales y proyectos para los fines de explotación económica, de complementación y de subsistencia. 5). Desarrollar tecnologías apropiadas de acuerdo a la realidad del país para satisfacer la producción económica, complementaria y de subsistencia. 6). Promover el desarrollo local y regional en el marco de un proceso sustentable.7). Desarrollar y fomentar formas asociativas para la utilización de los medios de producción, la producción, la industrialización y la comercialización, así como el acceso a los servicios. 8). Constituir y fortalecer actores locales - productivos, sociales e institucionales- en los diferentes Departamentos del país. 9). Coordinar con otras instituciones del Estado, buscando aunar esfuerzos. 10). Impulsar la conformación de Grupos de trabajo interinstitucionales, multidisciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios". Lamentablemente, luego de meses de discusión y ajuste del texto (en los que tuvo una enorme, significativa y positiva participación el Ing. Agr. Yerú Pardiñas, director del INC en representación de la UDELAR), cuando todo estaba pronto para firmar, el directorio del INC, rechazó el mencionado convenio, sin dar, ni a las autoridades de la Universidad ni al Secretariado Ejecutivo de la Central, explicación alguna. Dado que el MGAP (de quien depende institucionalmente el INC) tiene varios convenios firmados con la UDELAR, incluso esta última tiene también los suyos firmados con el PIT CNT, supongo yo (y esto es a título personal) que el tema urticante debe haber sido la inclusión de parte nuestra de los asalariados rurales, entre los posibles beneficiarios del convenio, especificación que expresamente hicimos para diferenciar del concepto "trabajador rural" el caso específico de los asalariados.

Se llega, entonces, a esta instancia de cierre de un convenio fallido, con el seminario en cuestión.

POBRÍSIMA ACTUACIÓN DE LOS SELECCIONADOS COLONIZADORES

La primera intervención (luego de las de rigor de la apertura a cargo del Sr. Rector de la UDELAR, Rafael Guarga y del Presidente del INC, Gonzalo Gaggero) a cargo de Pardiñas, dio cuenta de la situación actual del Instituto. En 58 años de existencia, el INC ha colonizado 556.313 hectáreas, de las cuales 244.778 has. son arrendadas, existen 190 colonias y en ellas, 3.810 colonos. Dentro de las colonias, hay 2.041 fracciones arrendadas, 2.648 vendidas y 2.660 dedicadas a la forestación. Los emprendimientos colectivos cuentan con 34.313 has. de los cuales 15 son cooperativas, 5 sociedades de fomento, 3 son asociaciones lecheras y 10 grupos de productores, en total 33 emprendimientos. La adquisición de tierras con destino a colonización, aún antes de que el INC existiera, ha sido la siguiente: período 1905-1923, 21.500 has, 1923-1947: 199.435 has., 1948-1959: 144.204 has., 1959-1968: 13.970 has, 1969-1978: 139.572 has., 1979-1988: 14.544 has, 1989-2004: 24.301 has y en el año 2005, se adquirieron 4.600 has. y en lo que va del 2006, 3.900 has.

Como surge de los propios datos, poco muy poco se ha hecho en materia de colonización. Y de lo poco que se ha hecho debemos considerar aquellas entregas de tierras a gente que realmente no la necesitaba o la tiene improductiva.

Según Pardiñas, entre los ejes de acción que se ha planteado este nuevo directorio del INC se encuentra el mejorar y modernizar al mismo, brindar apoyo a las colonias y los colonos y crear nuevas áreas de colonización, priorizando a los sectores sociales compuestos por trabajadores rurales desocupados y aquellos en condiciones sociales por debajo de la línea de pobreza, los productores endeudados y pequeños productores y los colonos con dificultades socio-económicas. En materia de desafíos, el INC se propone la generación de proyectos socio-productivos múltiples y flexibles en función de las familias, para lo cual se requerirá de la coordinación de organismos rectores y coordinadores de las políticas institucionales, acuerdos y proyectos con agencias de desarrollo internacional. Atento a esta voluntad, considerando el PIT-CNT como la institución que representa los trabajadores organizados y sindicalizados, es de suponerse que la central sea convocada a la hora de definir estos proyectos socio-productivos. Sin embargo lo acontecido con la firma del convenio, da cuenta que una cosa son los discursos (para un semanario o para una campaña electoral) y otra son los porfiados hechos políticos. Los trabajadores siguen sin poder participar de la definición de las políticas estratégicas que hacen al desarrollo productivo, la justicia social y la profundización democrática.

Por delante, el INC requiere de 649.200 has. para atender una demanda de tierras de 5.410 aspirantes a colonos. Hoy más que nunca, la consigna del PIT-CNT, de transferir tierras improductivas del Estado a Colonización y de que las carteras Qesadas incobrables del BROU tengan el mismo destino, incluso el destinar fondos de las AFAPS para tal cometido, sigue teniendo plena vigencia.

Sin embargo la intervención del Presidente del BSE, Sr. Gustavo Vilaró, dio cuenta de las limitaciones que la legislación (en su caso particular) establece para que estas transferencias se efectivicen. Lógicamente, el que el INC cuente mañana con tierra para emprendimientos productivos dependerá en gran medida de la voluntad política que se este dispuesto a demostrar para superar las fronteras que lo legal establece.

PARA PENSAR Y TEMBLAR

Posteriormente, hizo uso de la palabra el Ing. Agr. Miguel Vasallo, Profesor de Economía Agraria en la Facultad de Agronomía y también director del INC. En su intervención, y en base a sus estudios e investigaciones, dio cuenta de los procesos complementarios y paralelos de concentración de la propiedad de la tierra y de extranjerización de la misma. Da para temblar.

Para tener una idea de la magnitud del asunto, el Ing. Agr. Vasallo presentó el siguiente cuadro comparativo: entre 1981 y el año 2002 (de la crisis y derrumbe del sistema financiero) se vendieron 95.560 has., en un promedio de operaciones de 2.083, lo que significó un valor promedio de U$S 398.00 la hectárea. En el periodo 2003-2005 se realizaron 2.478 operaciones promedio, vendiéndose 311.361 has., a un valor promedio de U$S 862. Ergo, recuperándonos de la crisis y aún en ella, el mercado de tierras sufrió un incremento en su actividad y se operó, consecuentemente, un alza en el precio de la misma.
¿Qué factores intervinieron para que este proceso se diese en medio de un cuadro de crisis? En primer lugar una demanda de tierras de parte de argentinos y brasileros que empujaron el precio de la tierra, particularmente para actividades concentradas en la ganadería y la forestación.

De a poco, ya no solo Punta del Este, sino el Uruguay entero ha comenzado a dejar de ser nuestro.

Por otro lado la incidencia de las sociedades anónimas innominadas -al portador-, en el mercado de tierras, se ha incrementado. Sabido es que este mecanismo encierra, por una parte, agudos procesos de concentración de la propiedad de la tierra, y por la otra, esconde un no menor proceso de extranjerización de la misma. Entre 1977 y el año 2005, se enajenaron 3.484.937 has. en fracciones superiores a las 1.000 has. de las cuales 1.734.926 has. pertenecen a Sociedades Anónimas de las descriptas anteriormente. Un 49.8% de las operaciones realizadas. Desde abril del 2005 a febrero del 2006, en Paysandú pasaron a manos de Sociedades Anonimas 22.617 has., en Río Negro 28.126 has. y en Tacuarembó 43.410 has.

Entre los fenómenos a resaltar se encuentra que el proceso de concentración creciente y acumulativo, se debió en un primer momento a la muerte progresiva y sistemática de la agricultura familiar, cuyas tierras terminaron en manos de grandes terratenientes y empresarios; pero posteriormente, el excedente de capitales ociosos, sumó a este fenómeno la transferencia de tierras entre empresarios.

El proceso extranjerizador se ha volcado principalmente en la forestación, la agricultura de secano y la ganadería, y en el arroz parcialmente, debido a su sistema de producción.

Vasallo considera que la expansión capitalista en la agricultura regional y en lo nacional, lleva a la consolidación de cadenas agroindustriales que, en el caso uruguayo y particularmente haciendo referencia a la forestación y a la industria de la celulosa, pueden superar a la producción ganadera tradicional (exportación de carnes, particularmente) en el entendido que esta última no ha sido capaz de generar cadenas productivas que incorporen valor agregado n los productos primarios.

Finalizaba Vasallo haciendo mención a los riesgos que este proceso encierra: la pérdida de control nacional del espacio y sus recursos naturales, la pérdida de soberanía, los que encierran los posibles modelos tecnológicos a implementar, muchos de los cuales son extrapolaciones que no tienen en cuenta ni las características propias del país, ni los recursos suelo y agua, y el traspaso de activos (Interempresarial) que no siempre implican inversiones reales.

Y HABLÓ LA CLASE...

Terminada estas brillantes exposiciones tocó el turno al "Negro" Segundo Rodríguez, por la UNATRA-PIT-CNT. Para comenzar planteó la diferencia que existe entre trabajador rural y asalariado rural. Continuo haciendo un breve y contundente análisis de la situación de los asalariados rurales: alta zafralidad, desmembramiento familiar para terminar en los cantegriles o con mucha suerte, las mujeres trabajando de domésticas, un Consejo de Salarios que terminó sin poder concretar el viejo sueño de los asalariados rurales de una ley de 8 horas y con un salario mínimo nuevamente fijado por el Poder Ejecutivo, y que en esta oportunidad institucionaliza y con ello, legitima, un salario de hambre, un seguro de paro que parece una tomada de pelo considerando la zafralidad, avionetas que pasan fumigando plantaciones y los hombres y familias que trabajan en ellas. En definitiva, lo mismo de siempre. El asalariado rural: los olvidados de la tierra.

El planteo de Segundo se basó en que la solución al trabajo zafral esta en la tierra para lograr un auto sustento digno para la familia de los asalariados que permita afincar la gente en el campo, y retener al que todavía no se ha ido del mismo.

Pero las autoridades han hecho caso omiso a este reclamo, pese a haberse inscripto como aspirantes a colonos, pese a haber hecho el reclamo por todos los caminos legales, pese a haber estado los asalariados rurales en la primera línea de combate en la lucha por la defensa del INC cuando los planes liquidacionistas de Jorge Batlle y Martín Aguirrezabala venían al galope y tocando a degüello. Si hoy el directorio del INC tiene un lugar donde sentarse fue en primer lugar y antes que nada, gracias a la enconada resistencia que juntos ofrecieron AFINCO y los asalariados rurales, con el apoyo del PIT-CNT.

Lógicamente no quieren tierra sólo para el auto sustento. Los asalariados rurales piensan en grande, en proyectos productivos serios, en agregar valor a lo producido, en agricultura orgánica, en sus derechos eternamente pisoteados. Pero parece que hablan solos y con el viento.

Terminó Segundo haciendo referencia a estas cuestiones, reclamando el lugar que les corresponde y que por derecho propio se han ganado.

Gaggero escuchaba en silencio.

Para terminar esta primera parte de este artículo que coincide con la primera parte del seminario, citaremos al Compañero Andrés Figari, Presidente de la Asociación de Funcionarios del INC (AFINCO) y miembro de la del PIT-CNT. Su intervención no fue más que un breve y excelente resumen tanto del diagnóstico como de lo que en más de una oportunidad desde la Comisión de Reforma Agraria y Soberanía Alimentaria del PIT-CNT se han levantado como ejes y etapas de la lucha, a saber:

* propiciar un debate a nivel nacional sobre Reforma Agraria

* fomentar y fortalecer la organización de los asalariados rurales, articulando la misma a nivel del agro y la agroindustria

* defender la herramienta legal con la que se cuenta para un proceso de Reforma Agraria: el INC, que nos permitirá, a través del Estado, expropiar y adquirir tierras con los objetivos planteados por la Central.

* detener y revertir el proceso migratorio campo-ciudad

* incrementar, diversificar la producción exportable y destinada al consumo interno, sobre la base de tres ejes maestros interrelacionados:

* incremento del valor agregado

* desarrollo de la agroindustria en el marco de una integración regional.

Para ello se propuso suprimir las Sociedades Anónimas (verle las caras a los propietarios), estimular la inversión productiva mediante exoneraciones tributarias, gravar la baja productividad, castigar al terrateniente arrendador en beneficio del arrendatario, poner un límite máximo a la propiedad territorial.

* defensa de la soberanía nacional.

Edgardo Márquez

Articulo publicado en Trabajo & Utopia (periódico del PIT-CNT)

LA OCUPACIÓN DE TIERRAS EN BELLA UNIÓN POR LOS SINDICATOS RURALES


 Montevideo, Febrero (Trabajo&Utopía, periódico del PIT- CNT).- En un amanecer de una mañana calurosa de enero, el Norteño no deja, a la entrada del Ingenio de CALNU,  en la ruta,  a pocos cuadras del   campamento de UTAA, SOCA (Sindicato Obrero de CALNU)   y APAARBU (Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados de Bella Unión). Desde mediados de enero los trabajadores rurales y agroindustriales ocupan 36 Hectáreas de un predio del Instituto Nacional de Colonización,  abandonado hace 11 años, por el colono adjudicatario.

Llegando al campamento nos reciben dos compañeros de la seguridad interna, para identificar la procedencia de la visita.
En el fogón, con agua pronta y buen mate está el Negro Segundo Rodríguez. Se va armando la rueda y la charla, los comentarios, las noticias, van despertando al campamento. Los gurises preparan con leche en polvo un desayuno mañanero.

LA ASAMBLEA ES LA QUE MANDA


 Después de los primeros mates, comienza  la Asamblea de los ocupantes, en unos improvisados techos . Pero es solamente para los que ocupan, los  visitantes quedamos afuera, cosa que nos parece muy bien.  A la vista hay un Reglamento Interno que dice: 1-La Asamblea interna Manda, 2-Los visitantes tendrán un espacio, 3-No pueden hacer declaraciones, 4-Se llevará una lista de todo, 5-No tocar las instalaciones, 6-Evitar, entrar y salir del campamento, 7-No ingresar alcohol ni drogas. Mientras esperamos pensamos en algo que leímos por ahí que la ocupación estaba dirigida desde afuera. La participación, la deliberación interna, las voces que nos llegan de cierta distancia en cambio señalan un procedimiento serio, maduro y responsable. Sin tutelas.

Durante la mañana arribaron al campamento compañeros de Sindicatos de Montevideo, que traían aportes para la ocupación; Postales, AFUTU, Taxímetros, Gráficos, Curtidores, ADEOM y CX36. Una bomba de agua, cables eléctricos, aportes económicos, fueron  algunos de los apoyos traídos.

 
Con  Jorge Roda,  de UTAA,  ¿cómo se originó el motivo de esta ocupación?

-. Bueno, el hecho es que los trabajadores de toda la zona hemos peleado sobremanera para un proyecto muy ambicioso que teníamos para Bella Unión que era el sucro-alcoholero y en estos últimos tiempos estábamos viendo, con mucho peligro, que los trabajadores rurales y zafrales de la zona estábamos quedando, de alguna manera, fuera de ese proyecto.

Entonces viendo unas parcelas de tierra que estaban abandonadas de hace un tiempo largo y con la idea fija de instalar cuatro o cinco familias a vivir, a ganarse el sustento de esas tierras, fue el disparador de la tomada de estas tierras, de las parcelas estas. Y ahora ver, que de alguna u otra manera el gobierno recapacite en dicha situación y que seamos también incluidos.

PELEAMOS POR EL CONJUNTO DE LA SOCIEDAD DE BELLA UNIÓN

Nosotros no peleamos sólo por nosotros, peleamos por todo el conjunto de la sociedad de Bella Unión porque si esto se pone en camino que sea toda la sociedad de Bella Unión la privilegiada en estos proyectos, no solo como vemos que se está corriendo..

Jorge, qué contestamos a los que nos dicen que 36 hectáreas no van a solucionar el problema de 50, de 20, de 30 familias. Porqué 36 hectáreas?

-. Todo tiene un comienzo. En 36 hectáreas nosotros podemos entrar a poner en marcha y marcar un antecedente de por dónde tiene que ir la cosa.

Esto, lo emprendieron los trabajadores. Que quede claro que esto acá, bajo ningún punto de vista puede fracasar. Si fracasamos en este intento, fracasan todos los trabajadores a nivel nacional. Por eso es el apoyo que necesitamos de todos los trabajadores organizados de todo el país para que esto salga adelante y dejar ese precedente marcado, que esto fue posible ¿por qué?, porque los trabajadores lo hicieron posible. Pasa por ahí. Y lo otro que te digo que en el sistema sucro-alcoholero nosotros vemos, muy peligrosamente que “los de siempre” se van a quedar como dueños absolutos de la materia prima, que van a ser seis o siete que van a tener la voz cantante de toda la zona. Eso es lo que no queremos.

 LA ZAFRALIDAD RURAL

Júnior Belén. ¿Venís por el Soca? Podés contarnos un poco los pasos que se han dado?
-. Nosotros, como decía el compañero Roda, lo que tratamos es poner en evidencia acá, en 36 hectáreas, el gran problema de la tierra, de la concentración de la tierra que existe en la zona. Estas tierras hace once años que están abandonadas, totalmente improductivas. En este proyecto sucro-alcoholero nosotros desde el principio venimos planteando la necesidad de que más gente fuera contemplada en el sistema productivo.
La protección para los cortadores de caña, porque en este sistema nosotros estamos viendo que se agudiza más la problemática del cortador de caña al no haber ningún tipo de exigencia a la nueva empresa para que el cortador de caña tenga algún tipo de seguridad, al menos el respeto a un convenio de condiciones de trabajo. Viendo la preocupación de que tres tipos pueden plantar diez mil hectáreas y eso limitaría mucho la posibilidad de acceder a la tierra, de que el cortador de caña tuviera una mejora en sus condiciones de vida, ya sea por la negociación de un convenio con una patronal que se ha reforzado en forma bastante importante.
Júnior, ¿cómo ha sido el apoyo del movimiento sindical, del movimiento popular, a la propuesta de ocupación?
-. Fue importantísimo. Muy grande. Creo que nos sorprendió hasta a nosotros el apoyo de la sociedad uruguaya, de gente organizada y gente no organizada, el apoyo internacional, el apoyo del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, como de otras Comisiones de nuestra Central que han dado un apoyo bastante importante.
Seguimos en el campamento,  ahora con Enrique Bandera, alias “El Sapo”. De acá para adelante, Bandera ¿cómo seguimos?
-. Ahora tenemos todo el asunto del laboreo del asunto de la chacra, tenemos todo el trabajo de la producción, esperamos continuar con todo el apoyo que nos da el pueblo, que nos está dando el pueblo para poder plantar toda esta chacra. Demostrar que esta lucha es creíble y que es posible. Tenemos un tractor que continúa arando las tierras, tenemos un tiempo que es corto, hasta el final de marzo, porque si no se nos pasa la semilla.
Bandera, estoy sintiendo el ruido de un tractor, ¿cuánto cuesta la hora de tractor?

-. La hora de tractor está costando doscientos cincuenta pesos, el horario del tractorista y la máquina, más doscientos que significa el gasoil por hora de trabajo. Acá hicimos un trabajo primero de limpieza y hoy comienza un trabajo de profundización del terreno. Llovió un poquito y creo que ahora se pueda hacer un trabajo mejor, en el que nosotros podamos entrarle mejor a la tierra, profundizar más, después hay que meter otros tractores chicos para todo el trabajo de surcar

 Tenemos que cortar la caña, tenemos que ver el trabajo del abono, tenemos que hacer gestiones de aquí para delante de cómo solucionamos el abono de base, si vamos a tener la ayuda de algún Ministerio o algo por el estilo.  

¿Bandera, vos que sos de familia histórica de acá de la zona, ya finalizando esta charla, ¿cómo te sentís siendo protagonista de este hecho histórico de la primera ocupación de tierras en el Uruguay?

-. Me siento como se siente cualquier compañero. Aquí nos dejaron una escuela, la escuela de los años 64, 65,  las primeras luchas que nosotros hicimos  por la tierra y que se ha escuchado a nivel nacional e internacional y que dejó, sembró en el movimiento sindicalista uruguayo. Esos compañeros nos dejaron esa semilla y bueno, hoy nosotros retomamos la bandera. Este es el comienzo. Es el comienzo de una nueva etapa. Somos continuistas de otros tiempos, que vienen de Artigas en 1815 , después viene la historia de Raúl Sendic, que la continuaron los “peludos” y bueno, hoy, en el 2006, nosotros retomamos la pelea después de cuarenta y pico de años.
¿Segundo Rodríguez, ¿cómo ves esto de la ocupación acá en Bella Unión, con respecto a la lucha de los asalariados rurales en todo el país?

-. Lo veo como muy bueno. Es el nacimiento de una esperanza, de una realidad esperada desde mucho tiempo, ya que nosotros como trabajadores rurales agremiados, y junto con UTAA y los demás sindicatos organizados en la UNATRA, hemos estado reivindicando una reforma agraria que parecería que es muy difícil. Es muy difícil hablar de reforma agraria en este país, es muy difícil llevarla a cabo, pero por algo se debe empezar, y justamente los compañeros lo han empezado. Y bueno, y si no es de las manera que nosotros queremos, que sea todo legal, lamentablemente creo que el camino es este. Ocupar. Pero esperemos que el gobierno contemple las aspiraciones de los trabajadores que nosotros vemos que no es el mero hecho que se quiera dejar de ser asalariado para ser productor y plantar caña, y todo esto...


 

LOS MISMOS ACTORES PERO CON BENEFICIOS MUY DIFERENTES


 

Cuando regresábamos, de noche, hacia el sur, dejando a las compañeras y compañeros, sus familias en la ocupación, pasamos frente al edificio de la Junta Local Autónoma de Bella Unión. Hacía pocos días, en diciembre, habíamos estado allí con el Programa Rural de la JUNAE y Uruguay Rural del Ministerio de Ganadería y Agricultura. Hacía 41 años, que no habíamos vuelto a ese edificio de la Junta, desde una histórica asamblea que constituyó el Ingenio Alfredo Mones Quintela, luego CALNU. Desde aquellos años estuvieron, prácticamente, estos mismos actores como protagonistas: peludos, trabajadores rurales, plantadores de caña, UTAA, productores, comerciantes, políticos, vecinas, vecinos, la sociedad de Bella Unión. Algunos recibieron plata dulce y otros las amargas de la diaria sobrevivencia, apenas algunos mendrugos.

Ahora se apuesta al proyecto sucro alcoholero y esperemos que los beneficios lleguen al mayor número de pobladores de esta bella unión de pueblos.

 

Mientras eso los Sindicatos Rurales siguen ocupando y preparando tierras, para sembrar sus  propias  luchas, en espera de la cosecha.

 

ALGUNAS FORMAS ASOCIATIVAS EN EL AGRO URUGUAYO


 

En estos días, la Comisión de Reforma Agraria y Soberanía Alimentaria del PIT-CNT, la Universidad de la República, Espacio Colonización y Desarrollo, con el auspicio del Instituto Nacional de Colonización realizaron una Jornada Preparatoria sobre Formas Asociativas de Producción en el agro uruguayo.

Se brindaron aportes muy interesantes desde la experiencia de protagonistas en intervenciones en diferentes procesos de reformas agrarias en América. Desde la Unidad Cooperaría No. 1 de Cololó, las experiencias asociativas desarrolladas por MEVIR, desde los autores de la Ley de Cooperativas de Trabajadores y Asociaciones de Trabajo y de la Ley 11.029 de creación del Instituto Nacional de Colonización.

 

Desde la perspectiva del movimiento sindical, en particular, desde la Representación de los Trabajadores en el Programa de Capacitación Laboral del Trabajador Rural de la Junta Nacional de Empleo nos interesa estas instancias para generar debates, hacia dentro y fuera de los Sindicatos, sobre algunas pautas,  a tener en cuenta, cuando nos planteamos formas asociativas de asalariados en nuestro campo.

 

En el movimiento sindical rural históricamente, en la década del  60, estuvieron enfrentadas concepciones de estrategias que ponían el acento en la lucha por el salario, ya  que se trataban de  asalariados rurales, mientras otra entendía que la lucha por la tierra era lo fundamental. Con el tiempo, en estos mas de cuarenta años, se han procesado estas visiones y hoy los Sindicatos Rurales luchan por el salario y la tierra, como partes de una misma necesidad.

 

Luis (Lucho) Razzetto – uno de los referentes mas importantes de la economía de la solidaridad- nos decía hace un tiempo que hay una lógica para aquellos que emprenden formas de economía solidaria asociativas, que no necesariamente condicen con otras lógicas.

 

A veces, decimos,  que se deben organizar cooperativas agrarias de asalariados para tener como base de la militancia sindical y lugar de recule en los períodos, que no existen las zafras. Si bien esto puede tener un valor estratégico sindical importante, no es menos cierto que los emprendimientos agropecuarios y mas si son de asalariados rurales necesitan tener a quienes trabajan en ellos con la cabeza a fondo en el predio, porque sino corren el riesgo de fracasar.

 

En nuestro agro hay muy pocas experiencias de cooperativas de producción: Unidad Cooperaria No. 1 Cololó, Unidad Cooperaria No. 2, en Flores y que fracasó, Comunidad del Norte, en Daymán, Salto, hasta 1972, CALPACE, en el arroz, en Treinta y Tres y Cooperativa de Servicios Forestales en Arévalo, en Cerro Largo, hasta donde sabemos.

 

Construir una concepción sindical rural para formas asociativas en nuestro agro, en particular, incluyendo, a los asalariados rurales y capacitarnos para enfrentar esas responsabilidades,  parece ser un buen tema de debate para este año 2006.

Ángel Rocha *

* Programa de Capacitación Laboral del Trabajador Rural, Representación de los Trabajadores en la Junta Nacional de Empleo.

 
   
  

"TIERRA PARA CONSOLIDAR LA CULTURA DEL TRABAJO"

"TIERRA PARA CONSOLIDAR LA CULTURA DEL TRABAJO" Gladys Susana Olivera es la presidenta de la Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados Rurales de Bella Unión (APAARBU), una de las tres organizaciones que de común acuerdo ocuparon tierras en esa ciudad del norte uruguayo.

 

Olivera define a APAARBU como un colectivo de productores que muchas veces se ven obligados por la necesidad a dejar sus chacras para ir a ganarse el pan en tierras ajenas.

En efecto, fundada a principios de 2005, APAARBU agrupa a pequeños productores que deben complementar sus ingresos con trabajos o changas fuera de sus predios, explica.

“ En nuestra asociación hay propietarios de chacras chicas y arrendatarios de parcelas que no alcanzan a una hectárea y en algunos casos ni a media hectárea. Con ese problema de escala, no se obtiene lo necesario para vivir”, señala.

 

“Por eso necesitamos tierra”, subraya Olivera, quien acompañó, el pasado 15 de enero, la ocupación de 36 hectáreas fértiles pero abandonadas, ubicadas en el paraje Colonia España.

 

La ocupación, decidida en conjunto por APAARBU, la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (Utaa) y el Sindicato de Obreros de Calnu Artigas (SOCA), no responde a los intereses de grupos políticos ni tiene otro objetivo que obtener tierras para trabajar, afirma Olivera. 

 

La participación de los agricultores chicos en el cultivo de caña de azúcar es uno de los temas que integra la plataforma de APAARBU. Por ejemplo, una de sus demandas es que se contemple la situación de las familias que aspiran a que Colonización les adjudique tierras para plantar caña.

 

APAARBU señala que para esa adjudicación se debe considerar la entrega de áreas rentables y sustentables y tener en cuenta como principio rector la necesidad de cada grupo familiar.

 

Olivera subraya que la situación que sufren los pequeños agricultores nunca fue debidamente atendida por las autoridades, no obstante las intensas gestiones realizadas por APAARBU.

 

Las reivindicaciones de APAARBU están centradas, como las de Utaa y Soca, en la democratización de la tenencia y el uso de la tierra, condición que considera indispensable para construir un nuevo país y una Bella Unión “más productiva y más justa social y económicamente”.

 

Olivera añade:

 

“APAARBU agrupa a familias que están acostumbradas al esfuerzo.

 

Lo que queremos es lograr una vida digna, que nuestras familias puedan construirse un futuro mejor radicadas y produciendo en sus predios. Nuestra  vida está basada en la cultura del trabajo y por eso estamos pidiendo tierra para trabajar”.

 

"LA TIERRA NO SE REPARTE COMO SI FUERAN RAVIOLES"

"LA TIERRA NO SE REPARTE COMO SI FUERAN RAVIOLES"

 En su campamento, los ocupantes de 36 hectáreas que estaban abandonadas en Bella Unión hablan de sus objetivos, de los contenidos fundamentales de su lucha. Esta es la opinión de Junior Belén, dirigente del Sindicato de Obreros de Calnu Artigas (SOCA).

 

El movimiento este que hicimos deja explícito cuál es la situación y el deseo de toda la gente que se ha despertado. Hablo no sólo de los que estamos aquí ocupando sino de la gente de  todo el Uruguay que se ha solidarizado con nosotros. Y  también de la gente que desde fuera del país  está expresando su apoyo a esta toma de tierra para trabajar.

Lo que nosotros y toda esa gran cantidad de gente está planteando es el tema de la reforma agraria, de la tierra como medio de producción. De la tierra como salida para los problemas sociales que hay en el país.
Pero lo que se reclama, lo que venimos reclamando desde hace muchísimo tiempo, no es sólo la tierra. Nosotros entendemos que la entrega de tierra debe ser parte de un paquete de medidas, como por ejemplo  un subsidio para el trabajo, para que se pueda vivir dignamente hasta que se saque la primera producción.
También está el tema de cómo colocar la producción. De  dónde y cómo colocar  la producción para no caer en manos de los acopiadores agiotistas que lucran con los que trabajan.
También debe haber soluciones de fondo para que tengamos acceso real a la atención de la salud, a la educación de nuestros hijos, a la vivienda. Con la tierra debe venir todo eso. Eso es parte fundamental del paquete de condiciones necesarias para que haya un cambio real de nuestra situación.
No se trata de repartir la tierra como si fueran ravioles. Dar sólo la tierra es tramposo. Es tramposo porque sin todo lo otro uno no puede afincarse en la tierra, no puede producir, no puede dar una vida mejor a su familia.
No se trata de que nos tiren arriba de la tierra y nos digan “revolvete como puedas”. Si hacen eso es para que fracasemos, para que tengamos que abandonar la tierra y salir otra vez a vender nuestra fuerza de trabajo. Para que esto no pase, es necesario que con la tierra venga el paquete de medidas que nuestras organizaciones reclaman. Si tanto se habla de país productivo, lo que pedimos debe estar en la tapa del libro.
Tenemos un país de base agraria en el que se puede producir gran cantidad de alimentos, pero muchísima gente no tiene satisfechas sus necesidades básicas. Para que esto cambie hay que entregar tierra a las familias que pueden y quieren hacerla producir, y darles créditos, asesoramiento, apoyo, en el marco de políticas coordinadas, integrales.
Hay una  barrera cultural que consiste en meternos en la cabeza que los asalariados no pueden llevar adelante emprendimientos productivos y necesitan del gran patrón, del capitalista.
Pero aquí, en esta tierra que ocupamos, estamos demostrando que eso es mentira porque estamos trabajando y produciendo sin patrón. Por eso esta experiencia es liberadora para el trabajador, para las familias.
Lo que estamos haciendo es romper con esa barrera cultural que nos meten en la cabeza para que siga la explotación, los salarios de hambre, la acumulación de tierra y riquezas en pocas manos.
Estamos demostrando que los asalariados, los de abajo, pueden juntarse y hacer cosas, pueden organizarse para trabajar, aprender mucho más de lo que ya saben, ampliar sus conocimientos.
Lo que la gente quiere es abrirse camino ella misma. No está dispuesta a esperar que todo le caiga de arriba, como también le quieren meter en la cabeza.
Ahora estamos viendo que no han cambiado muchas cosas o nada. Cuando se habla del tema de la tierra y de crear fuentes de trabajo lo que nos proponen son planes a varios años, pero la necesidad de la gente es ahora y no puede esperar más. No podemos esperar más.
La necesidad lleva a que la gente se organice, que la gente con problemas comunes se junte. Que se una para trabajar, convivir, producir y crear sus propias fuentes de trabajo, como estamos haciendo nosotros en estas 36 hectáreas.
Lo que estamos haciendo es el anuncio de lo que va a venir. Sabemos que habrá que enfrentar muchas dificultades, pero tenemos la convicción de que cuando la gente se junta puede llegar a conseguir lo que se propone.

 

EL GRITO QUE VIENE DEL NORTE

EL GRITO QUE VIENE DEL NORTE “Que nadie escupa sangre
para que otro viva mejor”
 
Extracto de un mensaje radial emitido en Bella Unión  por el  presidente de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (Utaa), Luis Carlos López.
 

Nosotros queremos que la tierra sea verdaderamente para el que la trabaja. En Bella Unión sabemos que la repartida de tierra ultimamente se ha hecho a dedo, se ha hecho por amiguismo político.  Ahora viene todo un proyecto sucroalcoholero para la zona y debe quedar bien claro que nosotros los trabajadores fuimos los que defendimos el proyecto sucro alcoholero y lo vamos a seguir defendiendo pero con propuestas para el trabajador.

Nosotros venimos quedando afuera de este proceso. El otro día los peludos de la caña fuimos a cobrar un seguro de paro de 700 pesos y había productores del nuevo proceso de la industria azucarera que levantaban 400 dólares por hectárea para empezar a plantar caña en otoño. ¿ Y dónde está el cambio?

Cuando cooperativas de trabajadores y pequeños productores presentamos proyectos al Ministerio de Ganadería , el requisito más grande que nos pusieron era la tierra, el número de padrones donde nosotros teníamos tierra. Y tierra es lo que los peludos no tenemos.

Aquí los peludos y la gran mayoría de los trabajadores de  fábrica tenemos trabajo sólo durante la zafra, que dura dos meses. Los otros diez meses del año tenemos que vivir de changas, trabajando en negro. Por eso necesitamos tierra para plantar y vivir durante todo el año. Y los pequeños agricultores también necesitan tierra porque la poca que tienen no les da para vivir.

Esta ocupación no es contra nadie. Aquí no se está jugando nada políticamente. Ningún grupo político nos vino a manejar. Aquí no tenemos bandera política. Sea el gobierno que sea poco va a cambiar la cosa si nosotros no nos organizamos y no peleamos por nuestras reivindicaciones. Nuestro sindicato defiende mucho lo que es el salario de los trabajadores, pero nuestra preocupación de fondo es qué hacemos cuando no tenemos trabajo y creemos que la herramienta más importante es la tierra, pero la tierra con recursos, como le dan a los grandes capitalistas.
Nosotros no queremos sólo la tierra. Queremos que la tierra vaya acompañada de vivienda para nuestros hijos, de salud para nuestros hijos. Queremos que nuestros hijos tengan un estudio decente, que puedan ir a la Universidad como van los hijos de los ricos. No nos pueden tirar sólo con la tierra porque no nos vamos a quedar quietos. Aquí tiene que haber un acompañamiento de políticas productivas y sociales, que el Estado se preocupe verdaderamente por los que estamos acampados y por los que no están acampados pero tienen las mismas necesidades que tenemos nosotros.   No nos olvidamos de las viejas reivindicaciones que nos dejó el Bebe Sendic. Queremos que la tierra sea para quienes la trabajan, queremos generar trabajo.    
No queremos que se sigan beneficiando los que hundieron la industria azucarera. Defender a esta industria nos costó vidas, compañeros. ¿Cuántos gurises murieron de hambre en Bella Unión? Nos costó salarios, nos costó perder puestos de trabajo. No llegaremos a un cambio de país haciendo lo mismo que se hacía antes. No queremos eso. No somos malos, pero queremos que nos den una respuesta a los de abajo.
 Queremos que nuestras familias tengan un estudio decente, que los gurises coman al mediodía en las casas junto con nosotros y no tengan que ir a comer a un comedor municipal, que los gurises no estén dentro de un plan de emergencia que lo único para lo que nos sirve es para quedar quietos. No. Tiene que haber respuesta para la gente y eso es lo que estamos exigiendo con esta lucha. Que aquí nadie escupa sangre para que otro viva mejor.